sábado, 28 de junio de 2008

1989 - Mötley Crüe - Dr. Feelgood


Quinto disco de estudio de la popular formación americana, Dr. Feelgood es una de las mayores cimas del hard/heavy rock de los 80s a nivel de repercusión, éxito de ventas y reconocimiento, tanto de sus contemporáneos como en la posterioridad, siendo citado como referencia –como toda la trayectoria del grupo en aquella década- por casi cualquier banda que a partir de entonces se haya movido en los terrenos del sleazy o el hard ‘n heavy.

Muchos grupos de rock duro han sufrido las críticas más encarnizadas al obtener éxitos comerciales masivos si éstos han venido acompañados de cambios en su sonido. Sin embargo, para muchos de los seguidores del grupo es éste el mejor de sus discos, aunque represente la confirmación definitiva de que su sonido hard rock comercial y, aquí ya, ultraproducido, había dejado muy atrás el más heavy y afilado de sus dos primeros trabajos.

Esto es seguramente debido a que, más allá de la evolución musical, durante toda la década el grupo supo conservar una fortísima personalidad y unas señas de identidad que los hacían reconocibles tanto en aquellos trallazos heavys de los primeros años como en los exitosos temas que bombardearon televisión y radio en la segunda mitad de los 80s.

De cualquier manera, éste y los trabajos anteriores resultan a estas alturas prácticamente imprescindibles para entender esa época del rock duro, y sitúan a Mötley Crüe como una de las formaciones más grandes y con mayor capacidad de arrastrar a las masas en toda la historia del género.

Dr. Feelgood fue además el último álbum –si obviamos el recopilatorio, con algunos temas nuevos, que lo seguiría- en el que vimos a la formación original y clásica, antes de la ruptura que los llevaría a caer comercialmente en los 90s y que, a pesar de la reunión, marcaría el fin de sus años gloriosos.

Y es que Vince Neil, Mike Mars, Nikki Sixx y Tommy Lee no son sólo una de las alineaciones más carismáticas que haya dado el mundo del rock duro en todos sus años, sino que cada uno de ellos por separado era en su época dorada una megaestrella del rock capaz de generar expectación allí donde se mezclara, ya sea proyecto musical o asunto social.

En 1989, Vince Neil o Nikki Sixx encarnaban la fiesta, la diversión y el rock’n roll, y eran el modelo a seguir, el amigo o el hermano mayor que todos los chicos de entonces hubieran querido tener. No eran, ni fueron nunca, unos grandes virtuosos con los instrumentos, ni Vince tuvo nunca una gran voz, pero supieron impregnar sus composiciones de un estilo único e inmediatamente identificable, una fuerza y una garra fuera de lo común, y un aire divertido y macarra que contagiaba a la primera.


Habían llegado a finales de los 80s arrastrando la polémica por sus contínuas andadas con el alcohol y las drogas, salpicadas por múltiples disturbios y hasta por sucesos tan trágicos como la muerte de “Razzle” (batería de los Hanoi Rocks) en un accidente de tráfico "post-fiesta" del coche que conducía un ebrio Vince Neil.
Pero para la preparación de este disco por fin se decidieron a poner freno a sus vidas y se proclamaron totalmente “limpios” y ambiciosos de afrontar “en buen estado” todo el proceso de creación de la obra.

El esfuerzo no vino sólo por esa parte, sino que hubo cambios en la producción y Bob Rock pasó a encargarse de ellos, echando el resto en un trabajo carísimo (600.000 dólares de la época sólo en el estudio) que mereció la pena y remodeló el sonido Crüe hasta hacerlo un bloque denso y repleto de detalles. Éste fue también el disco cumbre de Bob Rock, que ganó con esto el suficiente estatus para coger poco tiempo después a Metallica e intentar hacer lo mismo (en ese otro caso, quizá, con una mayor división de opiniones entre los seguidores), dando lugar a su también famoso disco homónimo.

Todo este tinglado respondía al afán de colocar por fin un LP de los Mötley Crue en el número 1 de ventas, asunto que ya traía cola porque el éxito de sus singles y de sus multitudinarios directos parecía no corresponderse con la falta de este "honor". Y hay que sumar a que a esas alturas otras bandas que habían ido apareciendo a su sombra, años más tarde que ellos y reconociéndolos como sus maestros, lo habían ya conseguido.

Pero al fin, prueba superada: número 1 del Billboard en este mismo 1989, más de siete millones de copias vendidas sólo en los USA, y hasta cinco singles copando las primeras posiciones en las listas de sencillos entre 1989 y 1990. Y de propina, un gran reconocimiento por parte de la crítica, que colocó tanto al LP como a varios de sus temas entre los mejores de la década.

Aquí lo tenemos:

1. "T.N.T. (Terror 'N Tinseltown)" - 0:42
Una intro instrumental para "Dr. Feelgood" que muestra las intenciones de que éste sea un trabajo cuidado y rico en detalles.

2. "Dr. Feelgood" - (Mick Mars, Nikki Sixx; letras por N. Sixx) - 4:50
Primer single del disco, número 6 del Billboard Hot 100, y un divertido y arrollador corte dominado por uno de esos riffs tan personales y vacilones de Mike Mars. A la vez afilado y accesible, un clásico de su repertorio.



3. "Slice Of Your Pie" - (Sixx, Mars; letras por N.Sixx) - 4:32
Un hard rock algo más “standard” y a medio tiempo que puede recordar más a unos Aerosmith –no en vano  participa S.Tyler- y al que la producción da gran empaque y potencia.

4. "Rattlesnake Shake" - (Mars, Sixx, Vince Neil, Tommy Lee; letras por N. Sixx) - 3:40
Probablemente el tema más reconocido del disco de los que no salieron como single, el más “extraño” a su discografía por el punto especial que le dan los llamativos arreglos de viento, y el sucesor en sonido de la fantástica “Dancing On Glass” de su anterior disco “Girls, Girls, Girls”.

5. "Kickstart My Heart" - (Sixx; letras por N.Sixx) - 4:48
Hoy día es uno de los temas más famosos de Mötley Crüe. De nuevo el tema de las drogas inundando las letras (basadas en una anécdota personal de Sixx) y esta vez un ritmo de batería bastante particular, pero tan acelerado y contagioso que se lleva por delante a cualquiera a base de rock’n roll. Segundo single del disco, número 18 en las listas de 1989.



6. "Without You" - (Sixx, Mars; letras por N.Sixx) - 4:29
El tercer single, número 8 del Billboard en 1990, es una de las dos baladas del disco. Si bien quizá no tenga toda la carga emotiva de anteriores canciones del grupo como “Home Sweet Home” (“Theater Of Pain”) o “You’re All I Need” (Girls, Girls, Girls), entra poco a poco hasta quedarse en la memoria, y el cambio que adorna su estructura hacia el final la levanta hasta lo más alto.



7. "Same Ol' Situation (S.O.S.)" - (Lee, Sixx, Neil, Mars; letras por N.Sixx) - 4:12
Un rock’n roll de compás ultramarcado en la tradición de otros temas suyos como “Smoking In The Boys Room” (aunque aquel fuera una versión) o “Girls, Girls, Girls”, y aunque a alguien ya le pudiera parecer más de lo mismo es ideal para cualquier fiesta rockera. Fue el quinto y último single del disco, entrando de nuevo en el Top 100.

8. "Sticky Sweet" - (Mars, Sixx; letras por N.Sixx) - 3:52
Volvemos al Hard Rock de corte más clásico con otro tema en el que también puede verse un punto Aerosmith (ojo, también colabora S.Tyler), y en el que luce un estribillo de lo más sleazy, casi funky.

9. "She Goes Down" - (Mars, Sixx; letras por N.Sixx) - 4:37
Otro Hard Rock, aquí de gusto más dinámico y accesible, y otro estribillo que permanece en la cabeza fácilmente.

10. "Don't Go Away Mad (Just Go Away)" - (Sixx, Mars; letras por N.Sixx) - 4:40
El cuarto single que faltaba es un tema muy “Crüe”, con entrada que presagia balada, centro hardrockero y final desbordado, recordando otros clásicos como aquel lejano “On Whith The Show” de su primer álbum. Otra de las habituales en su repertorio –y son unas cuantas ya de este disco- y número 19 del Billboard de singles en su momento.



11. "Time For Change" - (Sixx, Donna McDaniel; letras por N.Sixx) - 4:45
Y cierre con otra balada, menos eléctrica que “Without You”, pero de immediata accesibilidad y bonito trabajo de guitarra, que hubiera sido otro perfecto single y que con su “Tiempo Para El Cambio” presagiaba lo que estaría por venir: el final de la época dorada del hard/heavy rock, la ruptura de su formación con la polémica expulsión de Vince Neil y aquellos discos de los 90s que se fueron alejando de este sonido.

Acabo diciendo que este trabajo, cuidado, magnífico, y todo un prodigio de actitud, fue remasterizado hace unos años con la inclusión de las demos de algunos temas, algo que permite ver los tremendos cambios a los que se sometió a algunas canciones durante la producción. Una compra más que recomendada a cualquiera que guste del buen hard n heavy.

jueves, 26 de junio de 2008

1986 - Manilla Road - The Deluge


Si hablamos de la famosa expansión del heavy metal con el nacimiento de la década de los 80s no tardamos en pensar en la NWOBHM, pero al otro lado del Atlántico se vivió una situación parecida y en poco tiempo aparecieron numerosas bandas que llevaban el estandarte del heavy más puro, en el sentido británico, para adaptarlo el carácter americano.

La diferencia evidente es que esta generación de US Metal se vio tapada en breve en lo mediático por otra que optaba por la vía del Hard Rock, y en el underground metalero por la del emergente Thrash Metal, con lo que hoy día es vista –salvo en triunfales casos como el de Manowar- como un nido de olvidadas bandas de culto del heavy metal más auténtico y añejo.

Como pasó con la NWOBHM, dentro de esta camada de grupos encontramos variedad de propuestas, y mientras que unos se dedicaron a seguir el heavy rock más “british” y clásico, eco de sus mencionados contemporáneos británicos (Lizzy Borden, Malice, The Rods, los primeros Savatage...), otras potenciaron la propuesta afilando las guitarras y/o acelerando los tempos (Vicious Rumors, Omen, Jag Panzer, Obsession, Armored Saint...) y unas terceras añadieron la épica a su registro (Manowar, Virgin Steele, Cirith Ungol, Warlord...)

En este último grupo deberíamos poner a Manilla Road, dándoles además el estatus de pioneros en este terreno –y en general, en toda esta US Metal- por el hecho de haber sido fundados en la segunda mitad de los 70s, llevar publicando LPs desde el mismo 1980 y hacerlo desde el principio con unos postulados muy claros (esos ya tan manidos pueriles de sangre y gloria al metal) que desde entonces han quedado para la posterioridad como señas de este tipo de metal, y adoptados por muchos otros que incluso han sabido explotarlo mucho más en las ventas.

“Crystal Logic” (1983) fue ya su tercer disco (tras unos significativos “Invasion” -1980- y “Metal” -1982-) y para muchos su primer gran clásico, e inició un periodo especialmente inspirado en el que, a pesar de los cambios de formación que siempre lideró el guitarrista/vocalista Mark “The Shark” Shelton, dieron origen a reconocidas joyas como “Open The Gates” (1985), “The Deluge” (1986) o “Mystification” (1987), cerrándose su etapa de gloria con el directo “Roadkill” de 1988.

Para aquel entonces, Shelton empezaba a pasarse –creo que sin tanto acierto como en estos terrenos- al thrash y en discos como “Mystification” esta influencia es ya más que evidente.
En “The Deluge” esta nueva línea puede quedar sólo como un apunte, así que podríamos calificarlo de “disco de transición” entre su etapa más épica y melódica y la de finales de los 80s, pero en todo caso puede que sea en este disco donde se consigue un conjunto más apabullante.

Esa, “apabullante”, sería la palabra con la que describiría su sonido. Manilla Road y su “The Deluge” son la apuesta más comprometida por el heavy metal afilado y potente, de enormemente recargado trabajo guitarrero (e incluso también de la sección rítmica) y de clara orientación hacia la épica más heroica.
Añadamos una voz muy personal (y un tanto difícil hasta acostumbrarse) que le da un aire totalmente reconocible y una producción muy de la época, hoy día enormemente mejorable pero que acaba de dar el punto añejo, y tenemos un disco clave del metal americano de los 80s.

Así pues, a quien las hechicerías y las sangrantes batallas legendarias que inundan lo más “true” le produzcan urticarias que se abstenga de seguir.
Al que, sin embargo, estos conceptos pongan a cien que ponga ya esto a todo volumen y se prepare para empuñar su espada.
Para el resto, el track list:

1. "Dementia" - 3:09
El impagable clásico que abre el disco, perfecto resumen del sonido de Manilla Road. Buenos riffs, batería apabullando y una sobredosis de heroismo a medio tiempo

2. "Shadows in the Black" - 5:22
Un inicio tranquilo para un tema que acaba por desbordarse en un torbellino guitarrero digno de mención

3. "Divine Victim" - 3:09
Un dinámico tema relacionable con el sonido de los Iron Maiden más acelerados, que rápidamente engancha a base de ritmos cabalgados y melodías de batalla

4. "Hammer of the Witches" - 2:41
Otro medio tiempo, ahora de orientación más oscura

5. "Morbid Tabernacle" - 1:53
Un interludio de órgano de iglesia que nos pone en situación para lo que viene

6. "Isle of the Dead" - 2:53
Seguimos con el punto oscuro para otro tema notable que sigue demostrando el enorme repertorio de riffs del Sr. Shelton

7. "Taken by Storm" - 3:19
Uno de los temas más potentes del disco, para no dejar que caiga la intensidad...

8. "The Deluge" - 8:13
...hasta llegar al que puede que el cúlmen. El tema que da nombre al disco es, como no podía ser de otra manera, la máxima expresión de sus planteamientos. Volvemos a por un sonido similar al de la inicial "Dementia" para avasallar con un despliegue tremendo de riffs (mucha atención a esto en este tema), solos acelerados, interludios acústicos y épica hasta reventar que casi deja a los Manowar como unos "no convertidos" a la causa.

9. "Friction in Mass" - 6:27
Aceleramos llegando al final con el tema más veloz del disco, guitarrero a más no poder...

10. "Rest in Pieces" - 1:51
...si no fuera porque engancha con un cierre instrumental que básicamente es un solo doblado de guitarras a toda pastilla a modo de demostración de su convicción en su género.

En resumen, un disco de otra época, a rescatar por los nuevos amantes del heavy metal.

miércoles, 25 de junio de 2008

1983 - Quiet Riot - Metal Health


Fundados a finales de los 70s y con Kevin DuBrow (voz) y R.Rhoads (guitarra) –hoy día ambos tristemente fallecidos- como grandes puntales en sus primeros años, Quiet Riot pasaron por numerosos cambios de alineación -de hecho hoy día se puede considerar a DuBrow como el único e indiscutible alma del grupo, pero ni siquiera él estuvo en todos los trabajos- antes de conseguir el reconocimiento por el que actualmente se los considera como unos de los grandes pioneros del hard rock y el heavy metal de los 80s.

“Metal Health” fue su tercer disco y el que les abrió las puertas de la fama, en gran parte gracias al single que lo presentaba: una versión ‘metalizada’ y si es que es posible más festiva del “Cum On Feel The Noise” de la banda de glam rock de los primeros 70s Slade. Este single tuvo tanto éxito que llegó al Top 5 del famoso Billboard, siendo considerado por muchos el primer tema Heavy Metal en triunfar en esta lista y, por tanto, en el terreno más mediático de la música en los USA. Acompañando a este primer fenómeno, el álbum llegó poco después al numero uno de la lista de discos, colocándose como el primer disco heavy de la historia en llegar a este puesto.
Y no es para menos. Recordemos el innegable gancho del comentado single adelanto:



Sin embargo, la cosa no quedó ahí. Y además de arrasar en ventas, hay que agradecer a Metal Health el hecho de “poner de moda” el rock más duro en la musicar popular americana, siendo uno de los grandes pilares y detonantes de la fiebre por el hard y heavy rock en los USA a partir de la mitad de los 80s, logrando el reconocimiento antes incluso que otros que aparecen normalmente encuadrados en su generación como Twisted Sister, WASP o Mötley Crüe.

En resumen, un disco a medio camino del heavy metal rocoso de los primeros 80s (asociable con algunas bandas de la NWOBHM y de la genereción americana de la época) y el hard rock más pegadizo, con momentos para todos los gustos que se reparten como sigue:

1."Metal Health" (DuBrow/Cavazo/Sarzo/Banali)
Heavy rock a medio tiempo para empezar, coreable y muy de la época

2."Cum on Feel the Noize" (Holder/Lea)
El exitazo que comentaba anteriormente, imposible escucharla y que no permanezca un buen rato en la cabeza

3."Don't Wanna Let You Go" (DuBrow/Cavazo)
El disco se abre a otras influencias con un tema que recuerda a los jugueteos con el disco y el funky de los Rolling Stones a finales de los 70s, un buen corte dinámico y "vacilón"

4."Slick Black Cadillac" (DuBrow)
Otro de los más famosos del disco y otro estribillo para recordar, empezamos a subir de revoluciones el álbum

5."Love's a Bitch" (DuBrow)
Un tema que parece empezar como balada pero se reconvierte en un corte lento e intenso de muy mala leche...

6."Breathless" (DuBrow/Cavazo)
Se podría decir que aquí comienza la parte más heavy del disco, aún aquí con un estribillo de gusto muy melódico

7."Run for Cover" (DuBrow/Cavazo)
Heavy metal muy en la onda NWOBHM, directo y sin complicaciones pero efectivo

8."Battle Axe" (Cavazo)
Un bonito solo de guitarra

9."Let's Get Crazy" (DuBrow)
Otro estribillo coreable para un tema aguerrido

10."Thunderbird" (DuBrow)
Y para terminar la balada del disco, realmente preciosa

1976 - Aerosmith - Rocks


Ni más ni menos que Aerosmith. Esa banda que parece haber bajado tanto en popularidad en los últimos años, que no suena arriesgado decir de que muchos de los más jóvenes los conocerán sólo por las baladitas que han ido saliendo en los programas más mediáticos de la televisión -y últimamente parece que ni eso-, u por otro lado esos tipos que tienen el honor de haber sido la formación más famosa de los USA durante buena parte de los 70s y 80s, y una influencia básica para la mayoría de las bandas que en los años 80s explotaron el sleazy desde el rock o el metal, tan siendo así que sería imposible hablar de Guns 'N Roses, Mötley Crüe, Cinderella o de Hanoi Rocks sin discos como este "Rocks".

"Rocks" fue su cuarto disco de estudio y siguió al exitoso "Toys In The Attic" (1975), que ya les había dado el triunfo de manera internacional, y que hoy día es considerado pieza clave de la música popular.
Pues bien, "Rocks" no se quedó sólo en eso sino que dió otro paso adelante en la definición de su música y asentó el clásico sonido Aerosmith afilando la propuesta ya madura del anterior, basada en las influencias de gente como los Rolling Stones o los Yardbirds, y dándole ese punto tan personal que siempre les ha caracterizado.

Número 3 en el Billboard en su año y cuádruple platino posteriormente, es el disco de su etapa de los 70s con el sonido más crudo, por lo que ha sido reconocido además como una influencia determinante en el metal americano por posteriores y reconocidas formaciones como los citados Guns N Roses u otros como Metallica.

Se dice que este fue el pico creativo y popular de su primera etapa, pero la carrera de Aerosmith -como se sabe- no acabó aquí, sino que fueron capaces (y no hay muchos casos así) de reinventarse en los 80s (tras haber pasado por la disolución y más tarde el reencuentro del equipo original) dentro de la nueva generación de hard rock de la época hasta adquirir, si cabe, todavía más fama y buenas críticas. "Permanent Vacation", "Pump" o "Get A Grip" son joyas de esa otra época, e indiscutiblemente clásicos hoy día. Ahora bien, como trabajo "básico" es difícil superar a "Rocks". Ya guste el rock, el heavy metal, o la música en general, "Rocks" es un imprescindible.

Honrémoslo con un breve repaso al track list:

1. "Back in the Saddle" (Perry, Tyler) – 4:39
Un clásico infaltable y de sonido personal y llamativo, un rock aguerrido con una todavía más notablemente aguerrida interpretación vocal.

2. "Last Child" (Tyler, Whitford) – 3:27
Uno de los temas del disco que conservan más el aire de rock sesentero y básico, aunque otro clásico en su repertorio.

3. "Rats in the Cellar" (Perry, Tyler) – 4:06
Afilado heavy metal con sonido 70s que sube el tempo del disco.

4. "Combination" (Perry) – 3:39
Volvemos al medio tiempo, con otro tema potente con un fenomenal trabajo guitarrero.

5. "Sick as a Dog" (Hamilton, Tyler) – 4:12
Otro divertido clásico hardrockero.

6. "Nobody's Fault" (Tyler, Whitford) – 4:25
Otro tema de gusto muy heavy (del heavy más clásico de los 80s en plena década 70s) que, a pesar de su estribillo más setentero, suena adelantado a su tiempo.

7. "Get the Lead Out" (Perry, Tyler) – 3:42
Volvemos a los ritmos más vacilones de Back In The Saddle o Last Child, muy rockero y divertido.

8. "Lick and a Promise" (Perry, Tyler) – 3:05
Un tema hard rock dinámico y contagioso para corear.

9. "Home Tonight" (Tyler) – 3:16
Y una bonita balada para cerrar de parte de unos auténticos expertos en la materia.

lunes, 23 de junio de 2008

1982 - Magnum - Chase The Dragon


Es probable que muchos identifiquen a Magnum como uno de aquellos grandes y clásicos pilares del AOR, junto a Journey, Foreigner y Survivor. Es posible también que a la vez acuda a la cabeza el sonido brillante y exitoso de Wings Of Heaven. Pero la carrera de los británicos Magnum había comenzado muchos años antes de que explotaran definitivamente en ventas a mediados-finales de los 80s, y antes también de llegar a esa fórmula que hemos clasificado tantas veces como AOR.

Magnum, sí, comenzaron su andadura en el hard rock más melódico, pero mantuvieron en principio su espíritu heavy de finales de los 70s-principios de los 80s, con notable influencia además de las melodías épicas y acentuado gusto por el rock progresivo y sinfónico de los 70s, latente en las estructuras de los temas y en esos arreglos de teclados tan característicos.

"Chase The Dragon" es probablemente el disco clave de esa época, tercero de su discografía desde 1978 (aunque se formaron en los primeros 70s) y su primer gran clásico de todos los que encadenaron, de entre los posteriores especialmente los siguientes "On A Storyteller's Night" (1985), "Vigilante" (1986) y el citado "Wings Of Heaven" (1988). En todos estos se puede apreciar claramente la evolución progresiva hacia los temas más immediatos y bellísimamente accesibles -claro el giro comercial, por ejemplo, de "Vigilante"-, descartando las otras bases comentadas.

Pero si hay una cosa que siempre ha caracterizado a Magum al margen de evoluciones es la elegancia de su música, representada en su máximo por la voz de Bob Catley y las composiciones del guitarrista T. Clarkin.

En "Chase de Dragon" tenemos una más que considerable muestra de ello, además de un excelente listado de temas sin desperdicio que recorren diferentes matices y esquemas compositivos, dejando numerosos momentos para el recuerdo.

Punto clave para el despegue de este disco fue la entrada del teclista Mark Stanway -que llevaba ya un tiempo en directo con la banda pero todavía no había grabado en estudio con ellos-, por el fenomenal trabajo que también él hace en el álbum.

Para dicha grabación, el grupo se fue hasta Atlanta tras su aparición en el Reading de 1980 y en sólo trece días acabó de mezclar unos temas que en los que venían trabajando hacía tiempo, aunque por diferentes motivos discográficos, su lanzamiento no se hizo hasta Marzo de 1982. En poco tiempo, llegó a entrar en el Top 20 de las listas británicas (#17) y consiguió colocar también el primer single, "Lights Burned Out" en notables cotas de éxito.

Pero más allá de los singles, la mayor aportación de "Chase The Dragon" fueron los temas que desde entonces y por siempre se convirtieron en imprescindibles en todas sus apariciones en directo, hasta convertirse en símbolos de la banda: "Soldier Of The Line" y "The Spirit".

El disco ha sido reeditado posteriormente incluyendo los temas de la cara B del primer single, así como los del EP que lo acompañó, con algunas nuevas canciones y versiones en directo de las de "Chase The Dragon".

Intervinieron en esta grabación:

Bob Catley (voces)
Tony Clarkin (guitarra)
Wally Lowe (bajo)
Mark Stanway (teclados)
Kex Gorin (batería)

El track-list final fue:


1. Soldier Of The Line

Immejorable manera de empezar un disco. Entrada poco a poco para ir acelarando progresivamente, gusto muy añejo, épica a rabiar en el estribillo, melodías que se enganchan fácil... un clasicazo de su repertorio.


2. On The Edge Of The World


Otro de los temas seña de este disco, de estupendas melodías de principio a fin que conducen y arrastran fácilmente adelante, más un tempo dinámico que ayuda a atrapar. Un tema de los que gusta a cualquiera, a medio camino -como toda esta primera parte del trabajo- del heavy épico y el hard rock más melódico.


3. The Spirit

Un excelente tema a la vez potente y tremendamente accesible que comienza como un acústico de gusto medievalista y explota en poco tiempo en un efectivo estribillo de los que permanecen en la memoria irremediablemente. Heavy rock melódico con punto épico de lo más inmediato. Y hasta aquí tres bombazos históricos seguidos, ni más ni menos.


4. Sacred Hour

No pierde fuerza "Sacred Hour", en la línea de la anterior, acentuando los arreglos de teclados de gusto setentero y la carga melódica.


5. Walking The Straight Line

Un tema hard rock a lo años 70 (puede recordar desde a unos Bad Company o los primeros Whitesnake hasta a los primeros Foreigner...) algo más standard que la mayoría de los anteriores de marcada personalidad, pero aún así un tema muy conseguido y muy trabajado. De hecho es otro de los puntos fuertes.


6. We All Play The Game

Un tema lento que va mucho más allá de las baladas convencionales para ir desplegando progresivamente en una compleja estructura de melodías preciosas de voz y teclados. Uno de los temas con mayor presencia de las influencias sinfónicas y progresivas.


7. The Teacher

Volvemos al hard n heavy más dinámico del inicio tras unos temas más lentos, ahora con una canción con un punto vacilón (podríamos citar a los primeros Van Halen, por ejemplo) de aquellas en las que fácilmente nos encontramos siguiendo el ritmo con el pie.


8. Lights Burned Out

Y el cierre con otro tema lento, que sirvió de single de adelanto a la publicación del disco, aquí sí más metido en el terreno baladero, pero llevado con esa grandiosidad que se puede encontrar en los grandes de aquella época y aquel sonido como Journey.


Un disco absolutamente maravilloso e imprescindible para degustadores del lado más melódico del heavy/hard rock clásicos y por supuesto a seguidores del AOR o de otros discos de los Magnum, pero también un trabajo al que se puede acercar con garantías de disfrute cualquiera que guste del rock y el metal en cualquiero otro terreno por ese gancho tan especial, alejado de lo habitual en los medios pero tremendamente efectivo.

1977 - Meat Loaf - Bat Out Of Hell


Tras una de las portadas más puramente heavys de la historia de la música se esconde sin embargo un trabajo diferente que poco tiene que ver con el sonido aguerrido y afilado que parece transmitir, pero que a la vez es uno de los discos más populares y vendidos del rock duro.

Y es que para aproximarse a “Bat Out Of Hell” hay que entenderlo dentro del contexto de su tiempo y la trayectoria de su principal autor. Lanzado en 1977, fue contemporáneo de aquella fiebre revival de los 50s en la que a finales de los 70s se rescató el gusto por el primer rock’n roll, el más bailable, a la vez que emergía con fuerza el otro gran sonido de las salas de fiesta, el disco. En esta segunda mitad de los 70s también se popularizaron las óperas rock y los musicales, y vimos cómo llegaban al éxito rotundo productos que explotaban todas aquellas influencias como la célebre “Grease”.

El propio Marvin Lee Aday –conocido por el sobrenombre de “Meat Loaf”-, pasando a la trayectoria personal, había participado en 1975 en otro conocidísimo film musical, la cinta de culto “The Rocky Horror Picture Show”, y a parte de su carrera de actor/cantante en proyectos de este tipo había comenzado su andadura puramente musical encabezando diversas bandas de rock’n roll que telonearon a los Who, los Stooges o a los Them de Van Morrison, y grabando voces para Ted Nugent.

Así las cosas y con ese conocimiento del panorama, cuando en 1976 se decide a apostar fuerte en la música encargándose de las voces de una nueva banda, se apoyó en el buen hacer en los teclados y la composición de otro habitual de los musicales de Nueva York de entonces, el pianista y productor Jim Steinmann –que reutilizó algunos temas de su musical “Neverland” para Meat Loaf-, la guitarra del ya veterano de la escena de NY Todd Rundgren (que podemos encontrar en incontables formaciones de rock, pop rock y jazz fusion desde los últimos 60s) y en la batería del popular M.Weinberg (batería de la E Street Band de Bruce Springsteen), entre otros músicos de estudio (varios también de los habituales de B. Springsteen) y además del apoyo vocal de Ellen Foley, otra actriz y cantante con experiencia en Broadway. Con todo esto, empezó a firmar sus resultados con su pseudónimo.

Realmente, “Bat Out Of Hell” fue el primer disco de este proyecto, que siguió carrera regularmente aún con notables cambios en la formación, aunque en 1971 ya había editado un disco bajo el nombre de “Meat Loaf”.
En este nuevo comienzo de 1977 son muy notables las influencias de lo que se viene citando: el musical, la música rock’n roll y do-wap de los 50s y primeros 60s, con sus pianos, su incitación al baile y sus susurrados coros femeninos incluidos, las óperas rock de los Who, Bruce Springsteen... y el emergente aire heavy.

Con una propuesta así en 1977 (emparentable con la que en el momento presentaban también The Eagles, pero en un punto más espectacular y teatral) y firmada por músicos expertos en esos terrenos, “Bat Out Of Hell” era ya un éxito antes de lanzarse: 14 veces platino en los USA, 10 veces platino en UK, 20 en Canadá, y muchos más múltiples platinos en Australia, Alemania... hasta un total de cerca de 40 millones de copias vendidas a día de hoy y la friolera de 476 semanas aguantando en las listas de éxitos americanas.

Es ya uno de los álbumes más vendidos de la historia, y se han grabado dos secuelas, en las que “Meat Loaf” ha intentado reeditar éxito con propuestas musicales similares.
Al margen de los “Bat Out Of Hell”, ha mantenido una trayectoria irregular en lanzamientos, en los que se ha movido por terrenos más cercanos al hard rock convencional, por lo que no es poco habitual el comentario por parte del público hardrockero no entusiasta de Meat Loaf la opinión de que “Bat Out Of Hell” y sus secuelas son los discos más blandos y descafeinados de su carrera.

En cualquier caso, lo que es seguro es que defienden un estilo diferente, menos guitarrero, y que sorprende y maravilla a partes iguales al público mayoritario, enganchando al que guste de la balada grandilocuente de un musical, del rock’n roll de siempre o de la teatralidad en la música.
Pasando más a la descripción, encontramos un corto listado de canciones pero de larga duración, que deja espacio para el lucimiento de una compleja composición con estructuras repletas de cambios de tema.

De arriba a abajo en el disco los pianos llevan la responsabilidad de un conjunto de predominio melódico, enorme gusto por la balada e interpretación excelente, a medio camino del rock’n roll y el musical y con un refrescante aire de heavy metal tradicional sobrevolando momentos puntuales, como todo el impresionante corte homónimo o varios salpicados arranques guitarreros.

Para el que no tenga miedo al sonido más retro (no sólo setentero, sino aquí en parte también a lo 50’s y 60’s) en su máxima expresión, y al rock edulcorado en general, un avance para hacerse una idea en forma de video clip:



y el track list:

1. "Bat out of Hell" – 9:48
El corte más espectacular del idsco, para abrir de manera immejorable, es este archiconocido tema homónimo que combina a la perfección el contagioso dinamismo del rock’n roll de interpretación basada en el piano con el ambiente del heavy metal más clásico. De larga y compleja composición, repleta de cambios, con un estribillo fabuloso y algunos momentos de guitarras dobladas sencillamente maravillosos.

2. "You Took the Words Right out of My Mouth (Hot Summer Night)" – 5:04
Uno de los temas de cariz y melodías cercanos a la balada pero de tempo más dinámico y divertido que tanto se estilaban en los 60s y, en menor medida, los 70s (un formato que desde entonces parece haber caído en desuso, al menos dentro del rock) conducido de nuevo por el piano en otra composición más que destacable que, tras el trallazo inicial del disco, nos introduce en el mundo más melódico de la mayoría del disco. Es uno de los temas readaptados del musical “Neverland” de J. Steinmann, y fue el primer single del disco, a la postre, el menos exitoso de los que se lanzaron.

3. "Heaven Can Wait" – 4:38
Una balada a piano y voz (a los que sólo hay que añadir unos ligeros arreglos de cuerda) de preciosas melodías, que sin embargo no cae para nada en lo más fácil o típico del género, destacando por su complejidad, extensión y acentuado carácter intimismta, demás de por una muy sentida interpretación vocal.

4. "All Revved Up with No Place to Go" – 4:19
Cambiamos la balada por el clásico rock’n roll a medio tiempo de ritmo marcado y talante distendido, y los arreglos de cuerda por unos más notables de viento, y “All Revved Up With No Place To Go” aparece para seguir dando variedad al disco. Aunque es un tema que adquiere encanto al introducirse en su ambiente, puede que ahí quedara si no fuera porque el cambio final que desemboca en un ataque de desenfrenada energía rockera lo levanta hasta convertirlo en uno de los momentos álgidos del trabajo.

5. "Two out of Three Ain't Bad" – 5:23
Segunda balada del disco, de formato más stándard que la anterior, y seguramente también de melodías más immediatas y “melosas”, con mayor instrumentación (lo que la aleja del carácter intimista que se remarca en “Heaven Can Wait” para convertirla en más radiable) y tras los años enormemente incorporada a la cultura popular, hasta el punto de que muchos la reconocerán en su escucha aún sin saber de antemano que se trababa de este tema de Meat Loaf. Valga como muestra de esta “integración popular”, a la vez de como anécdota, el hecho de que –en formato instrumental- sea uno de las melodías habituales que amenizan la espera en los andenes de los trenes de cercanías de Barcelona. Segundo single del disco.

6. "Paradise by the Dashboard Light" – 8:28
Otro tema largo, estructurado en varias partes a cada cuál más reconocible –principalmente dos casi independientes, unidas por un interludio central muy curioso por su ambiente “disco”-, cantada conjuntamente por Meat Loaf y Ellen Folley (es el tema en el que la cantante tiene más peso). Fue el tercer single del disco ¿Una definición? Secillamente, pero en mayúsculas, ROCK’N ROLL.

7. "For Crying Out Loud" – 8:45
Y la última es otra balada, que comienza como “Heaven Can Wait” a piano y voz, para cambiar en momentos con la entrada de una más llena y enérgica instrumentación y unos pomposos arrglos que devuelven, para cerrar el disco y de manera grandilocuente y casi épica, el cariz más heavy (aunque sea en formato balada) del principio con “Bat Out Of Hell”.

1975 - Led Zeppelin - Physical Graffiti



1975 fue definitivamente el año clave de la carrera de Led Zeppelin.
Lanzamiento de su sexto disco de estudio -el primero en ser doble- con aires de resumen de su trayectoria; triunfo total en ventas, que además hizo resucitar el interés por los anteriores trabajos volviéndolos a meter en las listas de álbumes más vendidos; giras multitudinarias aclamadas por el público con tales cotas récord de expectación que sólo podían ser comparadas a las de los ya extintos Beatles; la crítica concediéndoles el honor de ser “la banda más grande del mundo” desbancando, ni más ni menos, que a los Rolling Stones... y tras esto, el inicio de la desgracia personal de Robert Plant, un parón acentuado, y el inicio de lo que para muchos es la decadencia creativa de la formación británica, disuelta definitivamente en 1980 tras la muerte de John Bonham y un par de álbumes que no respondieron a las expectativas.

El punto central de todo esto: Physical Graffiti.
Un álbum para el que se compusieron algunos de los temas más gigantescos (en entidad y también en extensión) de la historia del rock hasta el momento, de manera que sólo cupo descartar o recortar trabajo para hacerlo entrar en un solo vinilo; o bien ampliar el conjunto a dos discos, rellenando el sobrante con otro material. Conocido es que la decisión fue la segunda, y que el “otro material” fue lo más diverso que Led Zeppelin no se atrevió a meter en sus discos pretéritos, sumando un punto de la magia de cada uno de sus anteriores al resultado, y dotándolo de una llamativa variedad.

Physical Graffiti pasó con esta maniobra un disco de ser el excelente y mejorado disco hard rock sucesor de Houses Of The Holy, a ser una atractiva amalgama de sonidos que van desde el hard rock más fibroso y aguerrido que habían escrito desde Led Zeppelin II (e incluso de siempre), hasta el blues de tradición folk más añeja, pasando por las influencias funk, country, su clásico blues rock, los temas instrumentales, o la inclusión de esos tan reveladores arabescos de la casi orquestal “Kashmir”.

De esta manera, "Bron-Yr-Aur" fue escrita para LZ III, “Night Flight”, “Down By The Seaside” y “Boogie With Stu” para LZ IV, y “The Rover”, “Black Country Woman” y “Houses Of The Holy” para su disco inmediatamente anterior. Toda una selección preparada a conciencia aprovechando incluso el tiempo que tuvo que parar la banda mediada la grabación inicialmente por los problemas personales del bajista J.Paul Jones, pero que se alargó al ser este tiempo aprovechado por los estudios para grabar mientas el “Straight Shooter” de los Bad Company.

Como consecuencia, el disco, que se había comenzado en 1973, acabó siendo lanzado en el citado 1975. Pero la espera valió la pena.
Immediatamente recibió el clamor unánime de la crítica y alcanzó el #1 del Billboard, y a día de hoy ha superado la certificación de platino 16 veces (más de 16 millones de copias vendidas). Y no sólo eso, que no es poco. Tiene el honor de ser el primer álbum en la historia que era ya platino antes de lanzarse, sólo por las peticiones previas, es uno de discos rock más vendidos de la historia, y fue el empujón definitivo para que todos sus discos anteriores, especialmente LZ IV, batieran de nuevo récord de ventas y se relanzaran en la crítica.
El reconocimiento como la “más grande banda de rock de la historia” por parte de la crítica especializada, y más de 300 millones de álbumes vendidos de toda su discografía, incluyendo recopilatorios y directos, avalan que este estatus se conserva hoy día, casi tres décadas después de su disolución, y dejando a un lado las reuniones.
Con una formación así, es casi tan innecesario por ya conocido como imposible por extenso repasar más anécdotas, récords u orígines, remontados a 1968.
Repasemos entonces el track list:

Disco 1:

1. "Custard Pie" (Jimmy Page, Robert Plant) – 4:13
Una sólida pieza hardrockera con todo el especial sonido de los Led Zeppelin de siempre, guitarra entrecortada con apuntes funk, y uno de los más célebres y pretéritos solos con wah-wah.

2. "The Rover" (Page, Plant) – 5:37
Un tema más desarrollado y variado que el anterior, con puente y estribillo de antológico encanto, inicialmente planteado para ser un corte acústico pero resuelto finalmente (y magníficamente) con distorsión. Una vez más de tantas en el disco, Plant emocionando con su interpretación rota e infraproducida. Temazo.

3. "In My Time of Dying" (Page, Plant, John Paul Jones, John Bonham) – 11:05
Mastodóntico corte blues rock en la tradición de sus primeros años, inspirado en una canción gospel de los primeros 60s que se ha versionado habitualmente en el rock americano, y que se incorporó inmediatamente a sus directos como un habitual. Gran clásico.

4. "Houses of the Holy" (Page, Plant) – 4:02
Tema más sencillo y rockero de divertida dinámica, descartado del disco del mismo nombre, que hace respirar en este momento al álbum a base de buen rollo.

5. "Trampled Under Foot" (Page, Plant, Jones) – 5:37
Y más buen rollo con este muy pegadizo corte funk rock de interesantes guitarras que sirvió de single a Physical Graffiti.

6. "Kashmir" (Page, Plant, Bonham) – 8:32
Vuelta a lo más solemne y grandioso para cerrar el primer disco con “Kashmir”, un superconocido tema considerado popularmente uno de los más grandes de su repertorio y de la historia del rock, que ha servido a incontables versiones y hasta a una banda sonora. Más que reconocibles sus arabescos y su carácter orquestal.

Disco 2

1. "In the Light" (Page, Plant, Jones) – 8:46
Lisérgico hasta la saciedad, destaca por su tempo arrastrado, el uso de sintetizadores y muy especialmente por las brillantes guitarras que aparecen a mitad y en el maravilloso final del corte.

2. "Bron-Yr-Aur" (Page) – 2:06
Un bonito corte instrumental de guitarra acústica.

3. "Down by the Seaside" (Page, Plant) – 5:13
El ambiente más relajado hecho música en un feliz tema muy especial con un atractivo efecto de tremolo en la guitarra. Como para tumbarse en solitario y en una tarde soleada a campo abierto.

4. "Ten Years Gone" (Page, Plant) – 6:32
Una auténtica maravilla de balada “a la Zeppelin” de sobrecogedoras guitarras.

5. "Night Flight" (Jones, Page, Plant) – 3:36
Vuelta al hard rock más dinámico y añejo, en otro corte especialmente divertido y de excelente trabajo interpretativo.

6. "The Wanton Song" (Page, Plant) – 4:07
Y del hard rock divertido divertido de la anterior al más rudo y pesado de “The Wanton Song”, corte de machacantes riffs que se entremezclan con bellos pasajes más sueltos.

7. "Boogie with Stu" (Bonham, Jones, Page, Plant, Ian Stewart, Ritchie Valens) – 3:53
Un tema diferente de blues/rock’n roll a piano, percusión, voz y guitarra acústica, con un sonido muy especial del que circulan anécdotas como que fue conseguido grabando en el hueco de una escalera. No es para menos. Nota especial aquí para la voz de Plant, nada correcta ni lucida técnicamente (no se esconden varios “gallos”), pero emocionante hasta poner los pelos de punta.

8. "Black Country Woman" (Page, Plant) – 4:24
Buen Folk rock para acercarse al final del trabajo.

9. "Sick Again" (Page, Plant) – 4:42
Y para cerrar otro sólido, pesado y guitarrero corte hard rock de excelente factura.