sábado, 27 de septiembre de 2008

1981 - The Rolling Stones - Tattoo You

Los más veteranos tienden a cerrar la etapa de gloria de la mayor banda de rock de todos los tiempos con “Exile On Main Street” (1972), un posible techo de su carrera. Otra gran parte de sus seguidores, la que aprecia sus obras plenamente setenteras como un legado más diverso e igualmente grande a sus intocables clásicos, escoge “Some Girls” (1978) para poner el punto y final a su reinado rockero. A partir de ahí, algunos ven unos cuantos buenos y dignos retazos salpicando el resto de una carrera irregular. Y el resto los da por enterrados. ¿Y quién se acuerda de “Tatto You”?

Pues bien, el de los Rolling Stones en los 80s puede ser el bajonazo más drástico y llamativo, en muchos sentidos, de la ya larga historia del rock. De hecho, un año antes de la publicación de “Tattoo You”, “Emotional Rescue” (1980) -a pesar de significar otro acierto comercial más para el grupo- no había ayudado nada a esa sensación que venía alimentando la crítica de que los Stones ya no eran los que habían sido (recordemos que la reivindicación como grandes obras de muchos de los trabajos de bien entrados los 70s es algo que para la crítica en general se ha afianzado con posterioridad) y que sólo en parte se había disipado con los refrescantes planteamientos del anterior “Some Girls”.

Para colmo, tras “Tatto You”, sus discos y apariciones públicas se empezaron a distanciar en el tiempo cada vez más -signo habitual de una banda veterana que poco tiene ya que hacer- y sus álbumes pasaron a ser los menos valorados de siempre: “Undercover” o “Diry Work” mostraban a unos Stones descolocados ante la revolución del panorama rockero en la década y algo escasos de ideas, y han quedado para la posterioridad como las muestras del momento más crítico de su historia.
No es de extrañar, así las cosas, que crecieran las tensiones entre los pesos pesados de la banda y para los últimos 80s se especulara con una posible separación que, sin embargo, “Steel Wheels” (1989) vino a desmentir.

De “Tatto You”, de esta manera, ha quedado para el recuerdo en el imaginario colectivo un single (indudablemente, “Start Me Up”, que podemos ver tras este párrafo) y una extraña vorágine de críticas y olvidos entre la que ha sido difícil rescatar su valía. Hay que apuntar, sin embargo, que en su día volvió a ser número 1 en las listas de LPs y que, por fin, hoy día hay quien intenta realzarlo como, volvamos otra vez al eterno argumento, el auténtico gran final de los Rolling Stones.


Sin más pretensión de situar un final que, a tenor de la expectación y éxito popular del último “A Bigger Bang”, parece que todavía está por llegar -por lo menos en lo que a la relación con el público se refiere-, lo que sí parece cierto es que “Tatto You” ha quedado como uno de los trabajos más infravalorados de Jagger, Richards y compañía.

"Infravalorado" porque la escucha atenta nos dice que valor tiene, que el disco es mucho más que el éxito radiable de “Start Me Up” y porque el conjunto es uno de los más auténticamente “stonianos” que hayan publicado desde los últimos 70s hasta hoy día. ¿Queremos fuerza rockera? Además de la más accesible y grandiosa del principal single, ahí tenemos la energía casi punk heredera de “Some Girls” de “Neighbors” y un sonido general cuidado y potente. ¿Preferíamos el sonido sesentero de su primera época? Pues también tenemos retazos doo-wop y divertidas melodías en “Hang Fire” o en la tan pegadiza como cachonda “Little T & A”. ¿Su clásico blues? “Slave” y “Black Limousine” lo rescatan de manera brillante. ¿Ese nuevo rock abierto a otros sonidos (pop, funk...) que destilaron en los 70s? Pues “Tops” o “Heaven”, por ejemplo. Y para la guinda, algunas de las piezas más emotivas que nos pueden regalar estos veteranos, “No Use In Crying”, "Worried About You" y la colosal “Waiting On A Friend” (más abajo en vídeo), esta última puede que el punto más alto del disco junto con la inicial “Start Me Up”, para cerrar el disco.


Puede que “Beggars Banquet”, “Let It Bleed”, “Sticky Fingers” o “Exile On Main Street” sean momentos casi insuperables, pero a cualquier amante del rock le gusta ver que hay mucho más que disfrutar perdido en su extensa obra. Démosle un poco de la atención que merece.

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