viernes, 17 de octubre de 2008

1988 - Blue Öyster Cult - Imaginos


Nadie esconde que detrás de la reunión de los originales Blue Öyster Cult para “Imaginos” se encontró una maniobra comercial de su discográfica, que veía como lo que quedaba del histórico grupo perdía popularidad a marchas forzadas desde que en 1981 “Fire Of Unknown Origin” marcara el final de la formación original, y de paso de toda una época de grandeza que ya tenía una década. Es algo –lo de las reuniones y las maniobras comerciales- que ha pasado muchas veces, más incluso recientemente.

Claro, lo que venían haciendo los “nuevos” BÖC desde aquel disco del ‘81 ha sido considerado siempre popularmente (y a pesar de que no dejan de ser buenos discos) como el mayor pinchazo de su trayectoria. Por su parte, “el fugado” Albert Bouchard invertía todo el tiempo posible en comenzar carrera en solitario con un ambicioso disco conceptual para el que había reunido a una inmensa pléyade de músicos de los que hoy fácilmente destacaríamos a Aldo Nova, Bobby Krieger (ni más ni menos que un ex The Doors) y, ojo, Joe Satriani.

Lo que no se sabe es la cara que pudo poner el bueno de Albert cuando al poner el proyecto encima de la mesa de la disquera –que debió entonces ver la oportunidad del golpe de efecto esperado- le dijeron que sólo se publicaba si lo firmaba Blue Öyster Cult y participaban sus ex compañeros. Fuera como fuese, la historia nos dice que accedió y que finalmente la adaptación del poema de S.Pearlman del mismo nombre vio la luz como un trabajo más de la veterana banda.

Sin embargo y por mucho cambio que significara “Imaginos” en ese momento de la carrera de los BÖC, la cosa no consiguió relanzar el interés. Es más, el disco cosechó los peores resultados comerciales que había tenido la banda desde su primer disco. Quizá fuera demasiado tarde para resucitar a un viejo gigante del rock duro, más cuando el panorama estaba inundado de novedades llamativas para los oyentes. Así las cosas, no es de extrañar que esto supusiera el mazazo definitivo para el grupo y desde entonces –veinte años ya- sólo haya levantado cabeza para publicar otros dos trabajos de estudio.

Pero que comercialmente fuera el último coletazo de quien se resiste a aceptar que su época ha terminado no implica que el trabajo no fuera digno de su carrera. En ese sentido, muchos son los que se atreven a afirmar que éste es su gran disco, no sólo de los 80s, sino al menos desde sus grandes clásicos de la primera mitad y mediados los 70s. Además, el trabajo consiguió un empaque soberbio y una unidad de sonido que poco habían practicado desde sus primeros años, un nivel de interpretación especialmente inspirado y una producción fabulosa.

A veces oscuro, a veces luminoso, potente –de lo más potente de su carrera- y llevadero, inevitablemente excéntrico pero lo suficientemente controlado. Todo eso, con sitio para ese hard rock “especial” en su tradición, rock más accesible y abierto a puntos jazz (atención al tema homónimo del disco), funk y progresivos, una revisión de su inolvidable clásico “Astronomy” cambiado de tempo e intrumentación para la ocasión y hasta un temazo de heavy tradicional en unos registros cercanos a los que entonces podía fimar, por ejemplo, DIO, con dosis extra de bombástica y el añadido de una llamativa guitarra líder firmada por Joe Satriani, de nombre "The Siege and Investiture of Baron von Frankenstein's Castle at Weisseria". No se puede negar que lo de estos tipos para las letras fue siempre caso a parte.



El recuerdo de como sonaba este tema puede ser una bonita manera de llamar la atención sobre un discazo que de haber sido firmado por otra banda que se encontrara entonces en esplendor, o por ellos mismos unos años antes, bien podría ser hoy una de las más reputadas óperas rock de nuestra música, o codearse con el estatus de disco conceptual de todo un “Operation: Mindcrime”. Para comprobarlo sólo hay que prestarle atención.

1 comentario:

Anónimo dijo...

He descubierto a estos Blue Öyster Cult gracias a este disco y este review y son fantásticos. Gracias