miércoles, 20 de enero de 2010

1990 - Laos - We Want It

Lo tenían todo para ganar y apenas se alejaron de la salida. Si no, ¿es que alguien más no se acordaría de Laos?
No es muy arriesagado apostar a que, publicado hoy y con una merecida distribución, no tardaría en ser considerado como toda una joya por muchos de los nuevos hardrockeros que disfrutan con ese revival que ha redescubierto (aunque sea a una parte menor del público, comparado con antaño) el rock duro de más gancho como un valor de enorme potencial comercial.



De hecho, no parece (y se puede empezar a juzgar con el single homónimo aquí presente) que pueda envidiar en nada a muchas de esas nuevas "sensaciones", sino que, puestos a apostar por el gancho y el extraordinario divertimento del hard rock melódico/AOR de los 80's/primeros 90's más que por la creatividad o el virtuosismo, parece incluso más exuberante en sus cualidades.

Más llamativo, más hecho para reventar en las radios, para forrar carpetas y animar fiestas. En todo. Rubia al frente con portentosa (y aguerrida) voz y atractiva imagen (cómo no, pues entonces era norma), temas breves, directos y de estribillos coreables, baladones, un productor que había trabajado con Def Leppard, Bon Jovi y Scorpions, y hasta, ahora, el recuerdo de alguien que los había presentado como algo parecido a "si Doro hubiera cantado en Bon Jovi".



Y aún así, no tuvieron suerte. O no estaban en el lugar adecuado. O lo que sea que hiciera entonces que sólo algunos de tantos llegaran a la cima. Además, tan diferente era el panorama de esos primeros 90s que cualquier cosa pudo fallar, pasando desapercibido en su momento y olvidándose definitivamente en poco tiempo.

Unos años antes, si es que hubiera sido posible, puede que se hubieran convertido en ídolos, hoy podrían hacerse un gran nombre entre el público nostálgico y el "neo-retro", pero entonces puede que cuando dieron el paso el suelo fuera demasiado inestable, y que lo último que se valorara -al contrario que ahora, con esas mencionadas "sensaciones"- fuera que se clavaran los clichés de ese hard rock que llevaba tiempo copando el mercado y que seguramente lo había saturado. Puede que se buscara algo nuevo, y se consiguió, y puede que ahora toque, gastados otros tantos ciclos, volver a escuchar cosas como Laos. Que, deseándoles suerte a los nuevos, quizá algunos "viejos" merezcan una revisión.

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