viernes, 19 de octubre de 2012

1986 - Magnum - Vigilante


Un unicornio con collar en una estancia rosa y enmarcada en un paisaje fantástico. Dentro, la confirmación. Mágnum se habían pasado definitivamente al AOR.
Fuera por intentar explotar de una vez por todas el tirón popular que por fin habían empezado a conseguir con su último disco ,”On A Storyteller’s Night”, o fuera por la influencia del “enlacado” ambiente de aquel 1986, por excelencia año de la explosión de los cardados y demás parafernalia de un tipo de rock duro muy concreto, los Magnum habían dejado atrás una era... y abrían otra a lo grande.

Siempre habían sido un grupo de corte muy melódico, pero había un trecho importante desde hacer una música que se movía entre los Queen de los dos primeros discos (aquellos que más apostaban por el rock/hard rock sinfónico) y los Scorpions de la misma época (entendamos con esto aquel heavy rock radiable) a lo que proponía “Vigilante".
A estas alturas, los dos motivos apuntados parecen claros.

Por un lado, el disco se vendió más. Se coló en el Top-25 de las listas británicas y se movió por los mismos puestos en las de media Europa, preparando aún más el terreno para la llegada de la cima popular que tuvieron con su siguiente (y Top-5) “Wings Of Heaven”. Y lo de “preparando el terreno” en este caso es especialmente importante, puesto que los singles extraídos de “Vigilante” se extendieron casi 10 meses en el tiempo, y fueron seguidos de un recopilatorio de temas anteriores (señal de que se estaban poniendo de moda) que casi conectó con la salida de su álbum más vendido y famoso. Si “Wings Of Heaven” tiene tales honores, puede decirse, es en parte a “Vigilante”.
Por el otro lado, la influencia del sonido puramente “ochentero”, o del rock más mediático de la época, es evidente. Escuchar los teclados de "Sometime Love", por ejemplo, y  revivir la moda de las hombreras es algo que se mezcla naturalmente. Pero en fin, también Queen y los Scorpions, por volver a esos dos grupos que se mencionaban como bases, estaban haciendo un giro similar a mediados de los 80s.

Pero el caso es que la jugada no les salió nada mal. Ni comercialmente, eso ha quedado claro, ni musicalmente. Sí, puede que no sea el mejor disco de Magnum (sin duda es uno de los mejores, aunque la magia de gusto “más setentero” del entonces ya pretérito “Chase the Dragon” sea difícil de igualar) pero no se puede negar que sacaron todo el partido posible a su nueva propuesta. Y de la mejor manera: con un disco corto pero repleto de potenciales singles en varios registros. Baladones, medios tiempos coreables, temas movidos, estribillos pegadizos, teclados, guitarras y, cómo no, la siempre brillante voz de Bob Catley. Puede que su trabajo en este disco, derrochando esa característica elegancia de corte tan clásico, sea una de las grandes razones por las que el sonido de Magnum seguía siendo, a pesar de todo, perfectamente reconocible. Tan bien les salió que, a partir de entonces, su trayectoria se ha visto marcada principalmente por este tipo de sonidos más AOR.
Y fue gracias a estos temas:

  1. "Lonely Night" — 3:48
Para empezar el que fue el primer single. Escucharlo es entender por qué tuvo ese privilegio.
  1. "Need a Lot of Love" — 4:48
Relajando algo el tono, uno de los cortes más famosos del disco y de toda su carrera, power-ballad por todo lo alto que, ojo, ni siquiera fue single de un álbum que iba bien servido de "hits".
  1. "Sometime Love" — 4:20
Más animado, y más estribillos pegadizos. Pegadiza y “ochentera” hasta decir basta, hubiera sido otro excelente single.
  1. "Midnight (You Won't Be Sleeping)" — 4:01
Esta vez sí, aquí va el segundo single de “Vigilante”. Y tiene todo lo que se puede pedir a un éxito de la época: entrada baladera, subida de guitarras, estribillo animado y pegadizo, solo de saxo...  Ahora que tantas bandas triunfan recordando el sonido radiable y rockero de los 80s viene bien recordar cómo era todo esto en su estado original.
  1. "Red on the Highway" — 4:14
Después de cuatro temas de tipo “hit” podría parecer que la cosa se agota. Pero nada de eso. Llega uno de los temas más puramente rockeros. Y el disco lo agradece.
  1. "Holy Rider" — 5:17
Vuelta al sonido más relajado y muy “de la época”...
  1. "When the World Comes Down" — 5:20
...y vuelta al hit-single con el que fuera el tercer sencillo del disco. Otro de sus temas más conocidos y una balada de corte épico muy del gusto de aquellos años.
  1. "Vigilante" — 6:40
Una de las grandes virtudes del disco es su acertada estructura. Tras un par de temas más relajados convenía algo de acción, y “Vigilante” trae la trae de vuelta. Y sí, otro estribillo para enmarcar.
  1. "Back Street Kid" — 5:01
Final. Y Otra joya que guardaron para el postre. 9 temas y punto. Si son todos buenos, ¿para qué hacen falta más? Que tomen nota los productores actuales.

viernes, 27 de enero de 2012

1986 - Obús - Dejarse La Piel

Aunque tenga cierto carácter “maldito” (no se acuerdan de él tantos como debieran para reivindicarlo como uno de los mejores trabajos de Obús y del heavy rock patrio), lo cierto es que no parece haber mejor etiqueta para “Dejarse la Piel” que la de “clásico”.
Por su contenido -uno de los más regulares trabajos de la banda y uno de los de mejor sonido de su etapa clásica- y por su significado dentro de la trayectoria de Obús.

En este punto, claro, “Prepárate” –por haberlos dado a conocer de una manera tan grande como el triunfo de su “Va a Estallar el Obús” en las listas de éxitos- o “El Que Más” –por haberlos consolidado definitivamente entre los grandes de nuestra escena- pueden ser siempre los más mencionados, pero no hay que olvidar que “Dejarse la Piel” supuso todo un paso adelante en la maduración de un grupo que, sí, había conseguido ya un nutrido plantel de seguidores, pero que había visto también como su anterior “Pega con Fuerza” (y a pesar de, de nuevo, el éxito del espectacular sencillo “Te Visitará La Muerte”) no cumplía con las expectativas de los que señalaban su mayor irregularidad y el poco acierto de algunas letras que llevaban el gamberrismo rockero, simple, cercano y barriobajero de siempre demasiado cerca de la línea que lo separa de lo poco trabajado o, sencillamente, de lo ridículo.

Aunque pudiera ser arriesgado, tocaba avanzar. Y, sin dejar de sonar a lo que todos esperaban que sonase Obús, “Dejarse la Piel” lo hizo a la perfección apostando por una producción más acorde con aquellas alturas de los 80s –teclados incluidos-, e introduciendo por primera vez una bonita balada con “Complaciente o Cruel” para, en definitiva, dar mayor variedad tanto a las letras como el formato de la canciones, desde la mencionada balada a lo dinámico y divertido de “Spain Is Different”, pasando por la seriedad del rocoso (y tan válido hoy día) medio tiempo “Crisis”.



Lo justo para recuperar la atención y formar un directo con el empaque necesario para una grabación doble, a lo grande, como los más punteros grupos internacionales y como ya había hecho hacía años Barón Rojo. La banda, precisamente, con la que ya podían competir por el liderazgo del heavy rock español.
Se “dejaron la piel” para conseguirlo, y mereció la pena.

1. Mentiroso
2. Crisis


3. Necesito más
4. Juicio Final


5. Rómpelo
6. Cría cuervos
7. Spain is Different


8. El cazador
9. Complaciente o cruel


10. Sigue corriendo

miércoles, 25 de enero de 2012

1992 - Barón Rojo - Desafío

Y con Barón Rojo vuelven los “discos malditos” al blog. Pero más que de maldito, criticado u olvidado, para “Desafío” habría que hablar de un disco... ninguneado. De esos a los que la mayoría ni siquiera ha dado una oportunidad. De esos de los que muchos ni conocen. Y ojo, en parte, tiene explicación.

Repasemos: el Barón llegó a tocar el cielo mediados los 80’s, encadenando hasta “En Un Lugar de la Marcha” un trabajo inolvidable tras otro, pero con el siguiente “Tierra de Nadie” (1987) la cosa empezaba a cambiar. Sea porque se trata de un disco más irregular que los anteriores o por la ya visible transformación del sonido más clásico que practicaron en la segunda mitad de la década, el trabajo quedó un punto por debajo de donde los anteriores habían llegado, y los años lo han ido separando cada vez más de la etapa de gloria. Los últimos 80’s traían una oferta musical mucho más amplia y los gustos también cambiaban. Pero “No Va Más”(1988), por añadido, acentuaba la cierta irregularidad del anterior al no conseguir tampoco un himno de los que sí que había encontrado “Tierra de Nadie” en temas como el homónimo. En medio de la caída popular, “Obstinato” (1989) parecía querer levantar la cabeza (y bien que deberíamos hacerlo todos para recordar su nueva “Herencia Letal”), pero para colmo José Luis Campuzano y Hermes Calabria abandonaban el grupo y ponían, reforzando aquel sentimiento de cierre de una década que habían representado tanto y tan bien, una especie de “punto y final” moral a la carrera de Barón Rojo.

Muchos los abandonaron entonces, y que los De Castro decidieran seguir adelante y rehicieran la formación para regalarnos pronto este “Desafío” (un título perfecto para lo que suponía) queda ya sólo como recuerdo de los más seguidores. Por no hablar de su carrera posterior, que todavía tendría otro gran acierto en el siguiente “Arma Secreta” (1997) y que ha quedado perdido todavía más en el limbo del panorama rockero patrio.
Con estos dos discos y su reinvención, el Barón se proponía recuperar buena parte del sonido más clásico de sus comienzos y, si bien no estaban tan cargados de himnos como aquellos primeros discos, por lo menos si que conseguían unos conjuntos seguramente más regulares que la mayoría de los de la segunda mitad de los 80s.
Además, y centrando en el disco que nos ocupa, cortes como “Noches de Rock & Roll” parecen capaces agrandar la nómina de clásicos de la banda, al tiempo que nos dicen que este “Desafío” debió superarse con nota. La música debería garantizar por lo menos la empatía de los que habían disfrutado de ellos en el pasado, y la temática es tan o más Barón Rojo (esa amalgama de proclama rockera y denuncia social aquí tan perfectamente representada por “Político” o “Señor Censor”) que cualquier otro que hicieran desde “En Un Lugar de la Marcha”.

El “Desafío” había resultado, quizá, demasiado grande. Y, de paso (y por seguir reivindicando también aquel otro disco), ni su “Arma Secreta” consiguió hacerle frente. Quizá por eso parecieron bajar el listón desde entonces. Quizá, sencillamente, debiéramos recuperar a los barones.