viernes, 27 de enero de 2012

1986 - Obús - Dejarse La Piel

Aunque tenga cierto carácter “maldito” (no se acuerdan de él tantos como debieran para reivindicarlo como uno de los mejores trabajos de Obús y del heavy rock patrio), lo cierto es que no parece haber mejor etiqueta para “Dejarse la Piel” que la de “clásico”.
Por su contenido -uno de los más regulares trabajos de la banda y uno de los de mejor sonido de su etapa clásica- y por su significado dentro de la trayectoria de Obús.

En este punto, claro, “Prepárate” –por haberlos dado a conocer de una manera tan grande como el triunfo de su “Va a Estallar el Obús” en las listas de éxitos- o “El Que Más” –por haberlos consolidado definitivamente entre los grandes de nuestra escena- pueden ser siempre los más mencionados, pero no hay que olvidar que “Dejarse la Piel” supuso todo un paso adelante en la maduración de un grupo que, sí, había conseguido ya un nutrido plantel de seguidores, pero que había visto también como su anterior “Pega con Fuerza” (y a pesar de, de nuevo, el éxito del espectacular sencillo “Te Visitará La Muerte”) no cumplía con las expectativas de los que señalaban su mayor irregularidad y el poco acierto de algunas letras que llevaban el gamberrismo rockero, simple, cercano y barriobajero de siempre demasiado cerca de la línea que lo separa de lo poco trabajado o, sencillamente, de lo ridículo.

Aunque pudiera ser arriesgado, tocaba avanzar. Y, sin dejar de sonar a lo que todos esperaban que sonase Obús, “Dejarse la Piel” lo hizo a la perfección apostando por una producción más acorde con aquellas alturas de los 80s –teclados incluidos-, e introduciendo por primera vez una bonita balada con “Complaciente o Cruel” para, en definitiva, dar mayor variedad tanto a las letras como el formato de la canciones, desde la mencionada balada a lo dinámico y divertido de “Spain Is Different”, pasando por la seriedad del rocoso (y tan válido hoy día) medio tiempo “Crisis”.



Lo justo para recuperar la atención y formar un directo con el empaque necesario para una grabación doble, a lo grande, como los más punteros grupos internacionales y como ya había hecho hacía años Barón Rojo. La banda, precisamente, con la que ya podían competir por el liderazgo del heavy rock español.
Se “dejaron la piel” para conseguirlo, y mereció la pena.

1. Mentiroso
2. Crisis


3. Necesito más
4. Juicio Final


5. Rómpelo
6. Cría cuervos
7. Spain is Different


8. El cazador
9. Complaciente o cruel


10. Sigue corriendo

miércoles, 25 de enero de 2012

1992 - Barón Rojo - Desafío

Y con Barón Rojo vuelven los “discos malditos” al blog. Pero más que de maldito, criticado u olvidado, para “Desafío” habría que hablar de un disco... ninguneado. De esos a los que la mayoría ni siquiera ha dado una oportunidad. De esos de los que muchos ni conocen. Y ojo, en parte, tiene explicación.

Repasemos: el Barón llegó a tocar el cielo mediados los 80’s, encadenando hasta “En Un Lugar de la Marcha” un trabajo inolvidable tras otro, pero con el siguiente “Tierra de Nadie” (1987) la cosa empezaba a cambiar. Sea porque se trata de un disco más irregular que los anteriores o por la ya visible transformación del sonido más clásico que practicaron en la segunda mitad de la década, el trabajo quedó un punto por debajo de donde los anteriores habían llegado, y los años lo han ido separando cada vez más de la etapa de gloria. Los últimos 80’s traían una oferta musical mucho más amplia y los gustos también cambiaban. Pero “No Va Más”(1988), por añadido, acentuaba la cierta irregularidad del anterior al no conseguir tampoco un himno de los que sí que había encontrado “Tierra de Nadie” en temas como el homónimo. En medio de la caída popular, “Obstinato” (1989) parecía querer levantar la cabeza (y bien que deberíamos hacerlo todos para recordar su nueva “Herencia Letal”), pero para colmo José Luis Campuzano y Hermes Calabria abandonaban el grupo y ponían, reforzando aquel sentimiento de cierre de una década que habían representado tanto y tan bien, una especie de “punto y final” moral a la carrera de Barón Rojo.

Muchos los abandonaron entonces, y que los De Castro decidieran seguir adelante y rehicieran la formación para regalarnos pronto este “Desafío” (un título perfecto para lo que suponía) queda ya sólo como recuerdo de los más seguidores. Por no hablar de su carrera posterior, que todavía tendría otro gran acierto en el siguiente “Arma Secreta” (1997) y que ha quedado perdido todavía más en el limbo del panorama rockero patrio.
Con estos dos discos y su reinvención, el Barón se proponía recuperar buena parte del sonido más clásico de sus comienzos y, si bien no estaban tan cargados de himnos como aquellos primeros discos, por lo menos si que conseguían unos conjuntos seguramente más regulares que la mayoría de los de la segunda mitad de los 80s.
Además, y centrando en el disco que nos ocupa, cortes como “Noches de Rock & Roll” parecen capaces agrandar la nómina de clásicos de la banda, al tiempo que nos dicen que este “Desafío” debió superarse con nota. La música debería garantizar por lo menos la empatía de los que habían disfrutado de ellos en el pasado, y la temática es tan o más Barón Rojo (esa amalgama de proclama rockera y denuncia social aquí tan perfectamente representada por “Político” o “Señor Censor”) que cualquier otro que hicieran desde “En Un Lugar de la Marcha”.

El “Desafío” había resultado, quizá, demasiado grande. Y, de paso (y por seguir reivindicando también aquel otro disco), ni su “Arma Secreta” consiguió hacerle frente. Quizá por eso parecieron bajar el listón desde entonces. Quizá, sencillamente, debiéramos recuperar a los barones.